A día de hoy sigo preguntándome por qué narices decidieron que tanto Barça como Estudiantes llevaran en la final del Mundial de Clubs sus respectivas equipaciones suplentes cuando podían haberlo hecho perfectamente con las titulares (una cosa es el naranja de Wembley y otra ese color mango tan feo de aquel partido al que inevitablemente quedará ligado el gol de Messi con el escudo). El jugador solicitó el viernes el traspaso tras haber fracasado las conversaciones para renovar con la franquicia de Brooklyn y solo unas horas después el base ya sabe que jugará junto a Luka Doncic en los Mavericks hasta el final de temporada. En las imágenes se ve el extraordinario cambio sufrido por Doncic, que por entonces era un crío de 12 años aún por desarrollarse y ahora se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la NBA después de haber ganado muchos kilos de músculo. Además de su talento en la dirección y en la anotación, Estados Unidos puede presumir de haber acometido el robo del siglo a Italia.

La presencia de Niko Harrison -exdirectivo de Nike y buen amigo de Irving- en la dirección deportiva de los Mavericks ha sido decisiva en la operación. Los Warriors llegaban a Dallas como primeros de la Conferencia Oeste mientras los Mavericks estaban en la sexta posición y con uno de sus principales jugadores, el letón Kristaps Porzingis, de baja por los protocolos de la pandemia de covid. Dos buenos jugadores, camiseta de luka doncic pero lejos del estatus de estrella del base. La franquicia de Mark Cuban ha ganado la batalla por el base, uno de los mejores jugadores de la NBA, que arropará ahora a la gran estrella del equipo. Sin embargo, el propietario del equipo de Dallas, Mark Cuban, descartó recientemente esa posibilidad al ser preguntado por ello en ‘The Really Good Podcast’ de Bobbi Althoff. Según hicieron público anoche varios medios estadounidenses, los Nets aceptaron la oferta de Dallas, la más jugosa de cuantas habían llegado hasta su mesa en los últimos días. No han tardado ni tres días los Nets en decidir el futuro de Kyrie Irving.

Los Mavericks confían también en que Kyrie Irving aumente sus prestaciones y logre complementarse por fin con Luka Doncic. Doncic fue adueñándose del protagonismo del grupo hasta hacerse el colíder. Menosprecios que, sin embargo, son gasolina para el equipo dirigido por Scariolo, un grupo que emana estructura familiar, pero que no oculta su verdadera alma cuando las cosas se ponen feas: son una manada de depredadores, feroces competidores que no le temen a nada ni a nadie. Músculo que será complementado por Mikal Bridges (Brooklyn Nets, 26), Josh Hart (New York Knicks, 28), Cam Johnson (Brooklyn Nets, 27) y Walker Kessler (Utah Jazz, 22), un grupo atípico, que genera alguna duda por su inexperiencia en baloncesto FIBA (una dimensión paralela a la NBA) y que tiene la misión de mejorar el resultado del Mundial 2019 (séptimos clasificados). Han pasado ya casi cinco años desde que Doncic se asomara por primera vez a los focos del baloncesto nacional. Paolo Banchero (Orlando Magic, 20 años), de padre italiano pero nacido en el frondoso Oregón, había asegurado en numerosas ocasiones que quería jugar para el país europeo en las competiciones nacionales.

Los primeros nombres que salen a la palestra son las estrellas consagradas. Este verano, el club blanco vio como se le fueron sus estrellas de fútbol y de baloncesto. ¿Recuerdas cuando solíamos jugar baloncesto en casa y hacías lo posible por vencerme? Todo lo contrario, sacó a relucir su mirada de pocos amigos, harto el combinado nacional de que las apuestas no lo den como favorito, de que vengan visitantes a su casa y le peguen una patada al felpudo. El Valencia ya había armado su reacción, pese al mar de pérdidas (11 al descanso), antes de que Doncic desfilara a patada limpia por el túnel de vestuarios. Cuando terminó el duelo ante los Celtics , camiseta luka doncic Doncic le regaló unas zapatillas suyas firmadas. Harden y Embiid mataron el duelo. El joven genio esloveno, el MVP más joven de una Final Four superando a Drazen Petrovic , tuvo un gesto emotivo con la leyenda croata, fallecida en accidente de tráfico en 1993. En lugar de quedarse la camiseta con la que ganó la final al Fenerbahçe, Doncic decidió ayer donarla al Museo de Petrovic en Zagreb.

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